jueves, 8 de marzo de 2007

Sobre "El Camino del Guerrero" Parte III

-Hay ciertas cosas de las que sólo hablaremos, de hoy en adelante, en sitios de poder -prosiguió-. Te he traído aquí porque ésta es tu primera prueba. Éste es un sitio de poder, y aquí sólo podemos hablar de poder.
-Yo en realidad no sé lo que es el poder -dije.
-El poder es algo con lo cual un guerrero se las ve -repuso-. Al principio es un asunto increíble, traído a la mala; hasta pensar en el poder es difícil. Eso es lo que te está pasando ahora. Luego, el poder se convierte en cosa seria; uno capaz ni lo tenga, o ni siquiera se dé cuenta cabal de que existe, pero uno sabe que hay algo allí, algo que no se notaba antes. Es en ese entonces que el poder se manifiesta como algo incontrolable que le viene a uno. No me es posible decir cómo viene ni qué es en realidad. No es nada, y sin embargo hace aparecer maravillas delante de tus propios ojos. Y finalmente, el poder es algo dentro de uno mismo, algo que controla nuestros actos y a la vez obedece nuestro mandato.

------------------------------------------

-Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo de un guerrero -dijo él-. De nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero.
"Tú estás aquí, conmigo, porque quieres estar aquí. Ya deberías haber asumido la responsabilidad completa, y la idea de que estás a merced del viento debería ser inadmisible."

------------------------------------------

Mi benefactor, por ejemplo, podía enfermar de muerte a una persona con sólo mirarla. Las mujeres se consumían después de que él les ponía los ojos encima. Pero no enfermaba a la gente todo el tiempo; nada más cuando intervenía su poder personal."
-¿Cómo elegía a quién enfermar?
-Eso no lo sé. Ni él mismo lo sabía. Así es el poder. Te manda, y sin embargo te obedece.
"Un cazador de poder lo atrapa y luego lo guarda como su hallazgo personal. Así, el poder personal crece, y puede darse el caso de un guerrero que, de tanto poder personal que tiene, se hace hombre de conocimiento."
-¿Cómo guarda uno el poder, don Juan?
-Eso también es un sentimiento. Depende de la clase de persona que sea el guerrero. Mi benefactor era un hombre de naturaleza violenta. Guardaba poder a través de ese sentimiento. Todo cuanto hacía era fuerte y directo. Dejaba la impresión de algo que pasaba aplastando las cosas. Y todo cuanto le ocurrió tuvo lugar de ese modo.
Me declaré incapaz de comprender cómo se almacenaba el poder a través de un sentimiento.
-No hay forma de explicarlo -dijo tras una larga pausa-. Tienes que hacerlo tú mismo.

------------------------------------------

-De veras estás loco -dijo-. Pero no importa. Yo sé lo difícil que es vivir como un guerrero. Si hubieras seguido mis instrucciones y ejecutado todos los actos que te enseñé, ya habrías tenido poder suficiente para cruzar el puente aquel. Poder suficiente para ver y para parar el mundo.
-Pero ¿por qué tengo yo que querer poder, don Juan?
-Ahora no se te ocurre una razón. Pero si guardas suficiente poder, el mismo poder te hallará una buena razón. Suena a locura, ¿verdad?
-¿Para qué quería usted poder, don Juan?
-Soy como tú. No quería. No hallaba razón para tenerlo. Tuve todas las dudas que tú tienes y nunca seguí las instrucciones que me daban, o nunca creí seguirlas; sin embargo, pese a mi estupidez, junté suficiente poder, y un día mi poder personal hizo desplomarse el mundo.
-¿Pero para qué querría alguien parar el mundo?
-Nadie quiere, ésa es la cosa. Nada más ocurre. Y una vez que sabes cómo es parar el mundo, te das cuenta de que hay razón para ello. Verás, una de las artes del guerrero es derribar el mundo por una razón específica y luego restaurarlo para seguir viviendo.

----------------------------------------
"Te he enseñado casi todo lo que un guerrero necesita conocer para lanzarse al mundo a juntar poder por sí solo. Pero sé que no puedes hacerlo y debo ser paciente contigo. Sé de plano que se necesita luchar toda una vida para estar a solas en el mundo del poder." ,
------------------------------------------
-El poder personal es un sentimiento -dijo-. Algo como tener suerte. O podríamos llamarlo un estado de ánimo. El poder personal es algo que uno adquiere sin importar su propio origen. Ya te he dicho que un guerrero es un cazador de poder, y que te estoy enseñando a cazarlo y guardarlo. Lo difícil contigo, que es lo difícil con todos nosotros, es que te convenzas. Necesitas creer que el poder personal puede usarse y que es posible guardarlo, pero hasta ahora no te has convencido.
Le dije que se había dado a entender y que yo estaba tan convencido como jamás lo estaría. Rió.
-No hablo de ese tipo de convicción -dijo.
Dio dos o tres puñetazos suaves en mi hombro y añadió con un cacareo:
-No necesito que me sigas la corriente, ya lo sabes
Me sentí obligado a asegurarle que hablaba en serio.
-No lo dudo -dijo-. Pero estar convencido significa que puedes actuar por ti mismo. Todavía te costará una gran cantidad de esfuerzo el hacerlo.
Queda mucho por hacer. Apenas empiezas.

------------------------------------
-Cazar poder es un asunto muy extraño -dijo-. No hay manera de planearlo por anticipado. Eso es lo emocionante. Pero de todos modos un guerrero procede como si tuviera un plan, porque confía en su poder personal. Sabe de cierto que lo hará actuar en la forma más apropiada.
Señalé que sus aseveraciones eran de alguna manera contradictorias. Si un guerrero ya tenía poder personal, ¿por qué iba a cazarlo?
Don Juan alzó las cejas e hizo un falso gesto de fastidio.
-Tú eres el que está cazando poder personal -dijo-. Y yo soy el guerrero que ya tiene. Me preguntaste si tenía un plan y yo dije que confío en que mi poder personal me guíe y que no necesito tener un plan.

-----------------------------------
-¿Qué dijo usted? -pregunté en voz alta, mientras mis dientes castañeteaban.
Don Juan me puso la mano en la boca y susurró que un guerrero actuaba como si supiera lo que hacía, aunque en realidad no sabía nada. Repitió una frase tres o cuatro veces, como si quisiera que yo la memorizara. Dijo:
-Un guerrero es impecable cuando confía en su poder personal sin importar que sea pequeño o enorme.

-----------------------------------

. Aquí es donde el guerrero tiene un punto de ventaja sobre el hombre común. Al hombre común le importa que las cosas sean verdad o mentira; al guerrero no. El hombre común procede de un modo especifico con las cosas que sabe ciertas, y de modo distinto con las cosas que sabe no son ciertas. Si se dice que las cosas son ciertas, él actúa y cree en lo que hace. Pero si se dice que las cosas no son ciertas, no le importa actuar o no cree en lo que hace. En cambio, un guerrero actúa en ambos casos. Si le dicen que las cosas son ciertas, actúa por hacer. Si le dicen que no son ciertas, actúa de todos modos, por no-hacer. ¿Ves lo que quiero decir?

----------------------

-¡Qué cosa tan terrible! -exclamé-. ¿Y si no sobrevivo?
-Un guerrero nunca se entrega a esos pensamientos -dijo-. Cuando tiene que actuar con sus semejantes, un guerrero sigue el hacer de la estrategia, y en ese hacer no hay victorias ni derrotas. En ese hacer sólo hay acciones.
Le pregunté qué implicaba el hacer de la estrategia.
-Implica que uno no está a merced de la gente -repuso-. En esa fiesta, por ejemplo, fuiste un payaso, no porque conviniera a tus propósitos el ser un payaso, sino porque te colocaste a merced de ,aquella gente. Nunca tuviste el menor dominio y por eso tuviste que salir huyendo.
-¿Qué debía haber hecho?
-No ir a la fiesta, o bien ir a fin de cumplir un acto especifico.

--------------------------

-Hay algo que ya por ahora debías tener en cuenta -dijo don Juan-. Yo lo llamo el centímetro cúbico de suerte. Todos nosotros, guerreros o no, tenemos un centímetro cúbico de suerte que salta ante nuestros ojos de tiempo en tiempo. La diferencia entre un hombre común y un guerrero es que el guerrero se da cuenta, y una de sus tareas consiste en hallarse alerta, esperando con deliberación, para que cuando salte su centímetro cúbico él tenga la velocidad necesaria, la presteza para cogerlo.
"La suerte, la buena fortuna, el poder personal, o como lo quieras llamar, es un estado peculiar de cosas. Es como un palito que sale frente a nosotros y nos invita a arrancarlo. Por lo general andamos demasiado ocupados, o preocupados, o estúpidos y perezosos, para darnos cuenta de que es nuestro centímetro cúbico de suerte. Un guerrero, en cambio, siempre está alerta y duro y tiene la elasticidad, el donaire necesario para agarrarlo."


Fragmentos del Libro: "Viaje a Ixtlan" de Carlos Castañeda.

1 comentario:

Alejandro Giosa dijo...

Excelente, muchas gracias