domingo, 19 de febrero de 2012

El Fuego Interno - Extractos

EL FUEGO INTERNO
Ver es un sentido peculiar de saber -contestó-, de saber algo sin la menor duda.


Para mí significaba una cultura, el imperio tolteca. Para él, el término "tolteca" significaba "hombre de co­nocimiento".


Dijo que en la época a que se refería, siglos o tal vez incluso milenios antes de la Conquista española, todos aquellos hombres de conocimiento vivían dentro de una vasta área geográfica, al norte y al sur del valle de Méxi­co, y que se dedicaban a ocupaciones específicas: curar, embrujar, hacer relatos, bailar, ser oráculos, preparar ali­mentos y bebidas. Tales ocupaciones fomentaban un conocimiento específico, un conocimiento que los dife­renciaba del hombre común y corriente. Por otra parte, esos toltecas eran personas que encajaban en la estructu­ra de la vida cotidiana, muy a la manera en que lo hacen en nuestra época los médicos, artistas, maestros, sacer­dotes y hombres de negocios. Practicaban sus profesio­nes bajo el estricto control de cofradías organizadas y llegaron a ser expertos tan influyentes que incluso domi­naron todas las áreas vecinas.
Don Juan dijo que después de siglos de usar plantas de poder, algunos de ellos aprendieron finalmente a ver. Los más emprendedores comenzaron entonces la ense­ñanza de cómo ver. Y ese fue el principio de su perdi­ción. Al pasar el tiempo aumentó el número de videntes, y la obsesión de ver llegó a tal punto que dejaron de ser hombres de conocimiento. Se volvieron expertos en ver y en ejercer control sobre los extraños mundos que ates­tiguaban, pero todo ello no sirvió de nada. El ver había socavado su fuerza y los había obligado a obsesionarse con lo que veían.
"Sin embargo, hubo videntes que escaparon a ese destino -prosiguió don Juan-, grandes hombres que, a pesar de ver, nunca dejaron de ser hombres de conoci­miento. Estoy convencido de que, bajo su dirección, las poblaciones de ciudades enteras penetraron en los mun­dos que veían, y de ellos no volvieron a salir jamás.
"Pero los videntes que podían sólo ver fueron un fracaso, y cuando su tierra fue invadida por pueblos con­quistadores se encontraron tan indefensos como todos los demás.
"Esos conquistadores -continuó- se apoderaron del mundo tolteca, se apropiaron de todo, pero nunca aprendieron a ver.
-¿Por qué cree usted que nunca aprendieron a ver? -pregunté.
-Porque copiaron los procedimientos de los viden­tes toltecas sin tener el conocimiento interno que los acompaña. Hasta la fecha hay cantidades de brujos por todo México, descendientes de esos conquistadores, que siguen imitando a los toltecas, pero sin saber lo que hacen, o lo que dicen, porque no son videntes.


-¿Qué puedo hacer por la Gorda? -pregunté.
-Nada -contestó-. Los actos de darse cuenta son siempre personales.

De hecho, lo que convierte a los seres humanos en pinches tiranos es precisamente el obsesivo manejo de lo conocido.




Don Juan explicó que el error de cualquier persona que se enfrenta a un pinche tirano es no tener una estrategia en la cual apoyarse; el defecto fatal es tomar demasiado en serio los sentimientos propios, así como las acciones de los pinches tiranos. Los guerreros por otra parte, no solo tienen una estrategia bien pensada, sino que están también libres de la importancia personal. Lo que acaba con su importancia personal es haber comprendido que la realidad es una interpretación que hacemos. Ese conocimiento fue la ventaja definitiva que los nuevos videntes tuvieron sobre los españoles.


Dijo que la primera verdad era que éramos parte y estábamos suspendidos en las emanaciones del Águila, y que era sólo nuestra fami­liaridad con cl mando que percibimos lo que nos forza­ba a creer que estamos rodeados de objetos, objetos que existen por sí mismos y como sí mismos, tal como los percibimos.


-La primera verdad dice que el mundo es tal como parece y sin embargo no lo es -prosiguió-. No es tan sólido y real como nuestra percepción nos ha llevado a creer, pero tampoco es un espejismo. El mundo no es una ilusión, como se ha dicho que es; es real por una parte, e irreal por la otra. Pon mucha atención en esto, porque debe entenderse, no sólo aceptarse. Nosotros percibimos. Este es un hecho innegable. Pero lo que per­cibimos no es un hecho del mismo tipo, porque aprende­mos qué percibir.


"Lo que nos rodea afecta nuestros sentidos. Esta es la parte que es real. La parte irreal es lo que nuestros sentidos perciben como lo que nos rodea. Piensa en una montaña, por ejemplo. Tiene tamaño, color, forma. Incluso tenemos categorías de montañas, que son, por cierto, precisas. No hay nada malo en todo eso; el error está en que nunca se nos ha ocurrido que nuestros senti­dos sólo juegan un papel superficial. Nuestros sentidos perciben como, lo hacen porque una característica espe­cífica de nuestra conciencia de ser los obliga a hacerlo así.

-He usado el término el mundo -continuó don Juan- para abarcar todo lo que nos rodea. Desde luego, hay un término mejor, pero va a ser totalmente incom­prensible paré ti. Los videntes dicen que debido á nues­tra conciencia de ser, nosotros pensamos que nos rodea un mundo de objetos. Pero lo que, en realidad, nos rodea son las emanaciones del Águila, fluidas, siempre en movimiento, y sin embargo inalterables, eternas.


Dijo que los antiguos videntes, enfrentándose a peli­gros incalculables, habían visto la fuerza indescriptible que es el origen de todos los seres conscientes. La llama­ron el Águila, porque al vislumbrarla brevemente, la vieron como algo que parecía un águila, negra y blanca, de tamaño infinito.
Ellos vieron que es el Águila quien otorga la concien­cia de ser. El Águila crea seres conscientes a fin de que vivan y enriquezcan la conciencia que les da con la vida. También vieron que es el Águila quien devora esa misma conciencia de ser, enriquecida por las experiencias de la vida, después de hacer que los seres conscientes se despojen de ella, en el momento de la muerte.


-Para los antiguos videntes -prosiguió don Juan- ­no es un asunto de fe o de deducción decir que la razón de la existencia es enriquecer la, conciencia de ser. Ellos vieron que era así.
"Ellos vieron que la conciencia de ser se separa de los seres conscientes y se aleja volando en el momento de la muerte. Y luego flota como una luminosa mota de algodón justo hacia el pico del Águila, para ser consumida. Para los antiguos videntes esa era la evidencia de que los seres conscientes viven sólo para acrecentar la con­ciencia de ser: el alimento del Águila.

-Pero, ¿qué tipo de fuerza sería el Águila?
-No sabría como contestar eso. El Águila es algo tan real para los videntes como la gravedad y el tiempo lo son para ti, y tan abstracto e incomprensible.
-Un momento, don Juan -le argüí-. Esos son con­ceptos, por cierto, abstractos, pero sí se refieren a fenó­menos reales que pueden corroborarse. Hay disciplinas enteras dedicadas a ello.
-El Águila y sus emanaciones son igualmente corro­borables -replicó don Juan-. Y la disciplina de los nuevos videntes se dedica precisamente a hacerlo.
Le pedí que explicara lo que son las emanaciones del Águila.
Dijo que las emanaciones del Águila son una cosa-en-­sí-misma, inmutable, que abarca todo lo que existe, lo que se puede y lo que no se puede conocer.
-No hay manera de describir con palabras lo que son las emanaciones del Águila -prosiguió don Juan-. Un vidente tiene que ser testigo de ellas.


El Águila no tiene nada de visual. Todo el cuerpo del vidente siente al Águila. Hay algo en cada uno de nosotros que puede hacernos percibir con todo nuestro cuerpo. Los videntes explican el acto de ver al Águila en términos muy sencillos: puesto que el hombre está com­puesto por las emanaciones del Águila, uno sólo necesita regresar a sus componentes. El problema lo crea la con­ciencia de ser. En el momento crucial, cuando todo debía ser el simplísimo caso de las emanaciones que se reconocen a sí mismas, lo consciente del hombre se ve obligado a interpretar. El resultado es la visión de un Águila y de sus emanaciones. Pero no hay ningún Águi­la y no hay emanaciones algunas. Lo que nos rodea es algo que ninguna criatura viviente puede comprender.
Le pregunté si le llamaron Águila porque en general las águilas tienen atributos importantes.
-Llamarle Águila es el caso de encontrar una vaga semejanza entre lo que no se puede conocer y algo cono­cido -contestó-. Debido a ello, ciertamente, se le han querido adjudicar a las águilas atributos que no poseen. Pero eso siempre ocurre cuando la gente impresionable aprende a realizar actos que requieren gran sobriedad. Los videntes vienen en todo tamaño y forma.



en el hombre, la primera atención es la conciencia animal, en bruto, que a través del proceso de la experiencia humana ha sido convertida en una facul­tad compleja, intrincada y extremadamente frágil, que se encarga del mundo cotidiano en todos sus innumera­bles aspectos. En otras palabras, todo aquello en lo que puede uno pensar forma parte de la primera atención.-La primera atención es todo lo que somos como hombres comunes y corrientes -prosiguió-. En virtud de su dominio tan absoluto sobre nuestras vidas, la pri­mera atención es la propiedad más valiosa que tenemos. Quizás es incluso nuestra única propiedad.
-En términos de lo que los videntes ven, la primera atención es un intenso resplandor de color ambarino -continuó-. Es un resplandor que invariablemente se mantiene fijo en la parte superior de la superficie del capullo y que abarca lo conocido.




La segunda atención, por otra parte, es un resplan­dor muchísimo más intenso y cubre una mayor exten­sión. Tiene que ver con lo desconocido. Es un estado complejo y especializado que entra en función cuan­do se utilizan las emanaciones interiores del capullo que ordinariamente permanecen fuera de juego.
la concentración reque­rida para estar consciente de que uno está soñando es la predecesora de la segunda atención. Esa concentración es una forma de estar consciente de ser que no está en la misma categoría de la conciencia normal necesaria para tratar con el mundo diario.
Dijo que a la segunda atención también se le llama la conciencia del lado izquierdo; y que es el campo más vasto que pueda uno imaginarse, tan vasto que parece ilimitado.
-Yo no me metería en ella. por nada del mundo -agregó-. Es un atolladero tan complejo y grotesco que los videntes sensatos sólo entran en ella bajo las más estrictas condiciones.
"La gran dificultad consiste en que la entrada a la segunda atención es enteramente fácil y su atracción es casi irresistible.
Dijo que los antiguos videntes, siendo maestros con­sumados del arte de manejar el resplandor de la concien­cia, la hicieron expandirse a límites inconcebibles. Dedi­caron todo su esfuerzo a extender ese resplandor a todas las emanaciones interiores de sus capullos, encendién­dolas por bandas, una banda a. la vez. Y lo lograron, pero curiosamente, el hecho de encenderlas por bandas los hizo quedar aprisionados en algo tan inmenso que no pudieron salir más de ello.


"La tercera atención se alcanza así, cuando el res­plandor de la conciencia se convierte en el fuego interior; un fuego que no enciende sólo una banda a la vez, sino que enciende a todas las emanaciones del Águila que están en el interior del capullo del hombre.
Don Juan expresó su reverencia y admiración por el esfuerzo premeditado de los nuevos videntes para alcan­zar la tercera atención cuando aún tienen vida y están conscientes de su individualidad.



Reiteró que la conciencia de ser comienza con la presión permanente que ejercen las emanaciones en grande sobre las del interior del capullo. Esta presión produce el primer acto de conciencia; detiene el movi­miento de las emanaciones atrapadas, que incesantemen­te luchan por romper el capullo para salir, para morir.



Empezó entonces su explicación. Brevemente deli­neó las verdades acerca del estar consciente de ser que ya habíamos discutido. Que no existe un mundo de objetos, sino sólo un universo de campos energéticos que los videntes llaman las emanaciones del Águila, y que cada uno de nosotros está envuelto en un capullo que encierra una pequeña porción de estas emanaciones. Que la conciencia de ser es el producto de la constante presión que ejercen las emanaciones exteriores, llamadas emanaciones en grande, sobre las emanaciones interio­res. Que la conciencia da lugar a la percepción, que ocurre cuando las emanaciones interiores se alinean con las correspondientes emanaciones en grande.

-La quinta verdad -prosiguió-, es que la percep­ción es canalizada porque en cada uno de nosotros hay un factor llamado el punto de encaje, que selecciona emanaciones internas y externas para alinearlas. El de­terminado alineamiento que percibimos como el mundo es producto del especifico lugar en nuestro capullo donde está localizado nuestro punto de encaje.

Don Juan explicó que para que nuestra primera atención pueda enfocar al mundo que percibimos tiene que poner en relieve ciertas emanaciones. Las emanacio­nes seleccionadas provienen de la estrecha banda en la que se localiza la conciencia del hombre. Las emanacio­nes desechadas aún quedan al alcance de uno, pero per­manecen latentes, desconocidas para el hombre por toda la vida.
Los nuevos videntes llaman a las emanaciones pues­tas en relieve el lado derecho, la conciencia normal, el tonal, este mundo, lo conocido, la primera atención. El hombre común lo llama realidad, racionalidad, sentido común.

Lo desconocido propiamente dicho consiste del resto de las emanaciones que no son parte de la banda humana y que jamás son acentuadas. Los videntes las llaman la conciencia del lado izquierdo, el nagual, el otro mundo, lo desconoci­do, la segunda atención.

-Este proceso de poner en relieve ciertas emanacio­nes -continuó don Juan-, fue descubierto y practicado por los antiguos videntes. Se dieron cuenta de que un hombre nagual o una mujer nagual, por el hecho de tener más energía que el hombre común, pueden empu­jar el resplandor de la conciencia y sacarlo de las emana­ciones acostumbradas y moverlo a las emanaciones vecinas. Ese empujón es conocido como el golpe del nagual.

jueves, 18 de noviembre de 2010

El Conocimiento Tolteca

0.1. LA TRADICIÓN TOLTECA

0 Mucho tiempo antes de que los españoles llegaran a México existían allí extraordinarios videntes toltecas, hombres capaces de actos inconcebibles. Eran el último eslabón en una cadena de conocimiento que se extendió a lo largo de miles de años. (EFI,25)

0 Don Juan, Don Genaro, y sus otros compañeros no me enseñaban brujería, ni encantamientos; me enseñaban las tres partes de un antiquísimo conocimiento que poseían; ellos llamaban a esas tres partes el "estar consciente de ser", el "acecho", y el "intento". Y no eran brujos; eran videntes. (EFI,18)

0 Para Don Juan, el término "tolteca" significaba "hombre de conocimiento". En la época a que se refería, siglos o tal vez incluso milenios antes de la Conquista española, todos aquellos hombres de conocimiento vivían dentro de una vasta área geográfica, al norte y al sur del valle de México. (EFI,27)

0 En varias ocasiones, a fin de ayudarme, Don Juan trató de poner nombre a su conocimiento. El creía que el nombre más apropiado era "nagualismo", aunque el término era demasiado oscuro. Llamarlo simplemente "conocimiento" lo encontraba muy vago, y llamarlo "hechicería", sumamente erróneo.
"La maestría del intento" y "la búsqueda de la libertad total" tampoco le gustaron por ser términos abstractos en exceso, demasiado largos y metafóricos. Incapaz de encontrar un término adecuado optó por llamarlo "brujería", aunque admitiendo lo inexacto que era. En el transcurso de los años, Don Juan me dio diversas definiciones de lo que es la brujería, sosteniendo siempre que las definiciones cambian en la medida que el conocimiento aumenta. (ECS,17)

0 La brujería es “el uso especializado de la energía”. Para el hombre común y corriente la brujería es una idiotez o un insondable misterio sencillamente porque carece de la energía necesaria para tratar con ella. (ECS,17)

0 Aprender brujería es en realidad aprender a “ahorrar energía”. (ECS,18)

0 La brujería es la habilidad de usar otros campos de energía que no son necesarios para percibir el mundo que conocemos. La brujería es un estado de conciencia. Es la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar. (ECS,19)

0 Nosotros no necesitamos que nadie nos enseñe brujería, porque en realidad no hay nada que enseñar. Lo que necesitamos es un maestro que nos convenza de que existe un poder incalculable al alcance de la mano. (ECS,19)

0 El hombre necesita ahora, más que nunca, aprender nuevas ideas, que se relacionen exclusivamente con su mundo interior; ideas de brujo, no ideas sociales; ideas relativas al hombre frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Ahora, más que nunca, necesita el hombre aprender acerca de la impecabilidad y los secretos del “punto de encaje”. (ECS,287)

0 El mayor logro de los brujos de antaño fue percibir la esencia energética de las cosas. Fue un logro de tal magnitud que lo convirtieron en la premisa básica de la brujería. Hoy en día, con mucha disciplina y entrenamiento, los brujos adquieren la capacidad de percibir la naturaleza intrínseca de las cosas; una capacidad a la que llaman "ver", o percibir energía directamente. (ADE,12)

0 Pero para "ver" hay que separar la parte social de la percepción, porque ésta reduce el alcance de lo que se puede percibir, y porque nos hace creer que el molde al cual ajustamos nuestra percepción es todo lo que existe. Estoy convencido de que el hombre, para sobrevivir en esta época, tiene que cambiar la base social de su percepción, es decir, la certeza física de que el mundo está compuesto de objetos concretos. Deberíamos percibir el mundo como energía. El universo entero es energía. La base social de la percepción debería ser entonces la certeza física de que todo lo que hay es energía. (ADE,1213)

0 En el universo no hay pasado ni futuro. Lo único que hay en el universo es energía, y la energía tiene solamente “aquí y ahora”, un infinito y siempre presente” aquí y ahora”. (ADE,241)

0 Los brujos han triunfado en la tarea de liberar su conciencia de ser de sus ataduras con el orden social.
Ellos mismos son la prueba. Convencer a otros del valor y la importancia de evolucionar es otro asunto. (ADE,173)

0 La mente del mercachifle está hecha para el comercio. Pero la libertad no puede ser una inversión. La libertad es una aventura sin fin, en la cual arriesgamos nuestras vidas, y mucho más, por unos momentos que no se pueden medir con palabras o pensamientos. La búsqueda de la libertad es la única fuerza que yo conozco. Libertad de volar en ese infinito. Libertad de disolverse, de elevarse, de ser como la llama de una vela, que aun al enfrentarse a la luz de un billón de estrellas permanece intacta, porque nunca pretendió ser más de lo que es: la llama de una vela. (ADE,86)

0 Las afirmaciones perceptivas de los chamanes carecen de sentido si las analizamos con los conceptos lineales del mundo occidental. Hace cinco siglos que la civilización occidental está en contacto con los chamanes del Nuevo Mundo y los estudiosos no han hecho un solo intento de formular un discurso filosófico basado en estas afirmaciones. (PM,104)

Frases

"Un guerrero no tiene tiempo que perder, porque el desafío de la conciencia es total y exige veinticuatro horas diarias de alerta máxima".

"La pasividad -dijo- es una violación de nuestra naturaleza, porque, en esencia, todos somos unos combatientes formidables. Cada ser humano es por derecho un guerrero que ha logrado su lugar en el mundo en una batalla de vida o muerte".

"Véanlo así, al menos una vez, como espermatozoides, todos libramos la carrera por la vida -una contienda única contra millones de otros competidores- ¡y ganamos! Ahora la batalla sigue, ya que estamos atrapados en las fuerzas del mundo. Una parte de nosotros lucha por desintegrarse y morir, y la otra intenta a toda costa mantener la vida y la conciencia. ¡No hay paz! Un guerrero se da cuenta de ello y lo usa en su favor. Su interés sigue siendo el mismo que animó a aquella chispa de vida que le dio origen: el acceso a un nuevo nivel de conciencia".

"Se nos ha entrenado para vivir y morir dócilmente, siguiendo códigos de conducta antinaturales que nos ablandan, haciendo que perdamos el ímpetu inicial, hasta que el espíritu del hombre ya casi no se nota. Puesto que nacimos de la disputa, al negar nuestra tendencia básica, la sociedad en que vivimos extirpa la herencia guerrera que nos convierte en seres mágicos".

"Añadió que el único camino abierto al cambio, es que nos aceptemos tal como somos para trabajar a partir de ahí.

"El guerrero sabe que vive en un universo predatorial. No puede bajar la guardia. A donde quiera que mire, él ve una lucha incesante, y sabe que es merecedora de respeto, porque es una lucha a muerte. Don Juan siempre se estaba moviendo, yendo o viniendo, apoyando o rechazando, provocando tensiones o descargándose como un rayo, gritando su intento o callando, haciendo algo. Estaba vivo, y su vida reflejaba el estira y afloja del universo".

"Para un guerrero, ser armónico es fluir, no detenerse en medio de la corriente a intentar un espacio de paz artificial e imposible. El sabe que puede dar lo mejor de sí en condiciones de máxima tensión. Por eso busca a su adversario como el gallo de pelea, con avidez, con deleite, sabiendo que el próximo paso es decisivo. Su adeversario no es su semejante, sino sus propios apegos y debilidades, y su gran reto es apretar las capas de su energía para que no se expandan cuando cese la vida, para que no muera su conciencia".

"Háganse a ustedes mismos estas preguntas: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Tiene un propósito? ¿Está lo suficientemente ajustada? Un guerrero acepta su destino, sea cual sea. Sin embargo, lucha por cambiar las cosas y hace de su paso por el mundo algo exquisito. Templa su voluntad de tal forma, que ya nada puede moverle de su propósito".

"Los brujos son libres, no aceptan compromisos con la gente. La responsabilidad es frente a uno mismo, no frente a otros. ¿Sabes para qué fue colocado en ti el poder de la percepción? ¿Has descubierto a qué propósito sirve tu vida? ¿Cancelarás tu destino animal? Estas son preguntas de brujos, las únicas que de veras pueden cambiar algo. Si te interesan los demás, ¡respóndete eso!".

"Un guerrero sabe que lo que le da sentido a la vida es el reto de la muerte, y la muerte es un asunto personal. Es un desafío para cada uno de nosotros, que sólo los guerreros de corazón aceptan. Desde esta óptica, las inquietudes de la gente son sólo egomanía".

"Yo no puedo guiarte, pero puedo ponerte frente a un abismo que pondrá a prueba todas tus facultades. De tí dependerá si te lanzas al vuelo o corres a esconderte en la seguridad de tus rutinas".

"Somos como pájaros atrofiados. Nacimos con todo lo necesario para volar y, sin embargo, estamos permanentemente obligados a dar vueltas en torno a nuestro yo. El grillete que nos doblega es la importancia personal.

"El camino para convertir a un ser humano común y corriente en un guerrero es muy árduo. Siempre se interpone nuestra sensación de estar en el centro de todo, de ser necesarios y tener la última palabra. Nos creemos importantes. Y cuando uno es importante, cualquier intento de cambio se torna un proceso lento, complicado y doloroso".

"De todos los regalos que hemos recibido, la importancia personal es el más cruel. Convierte a una criatura mágica y llena de vida en un pobre diablo pedante y sin gracia".

"Por causa de nuestra importancia, estamos repletos hasta los bordes de rencores, envidias y frustraciones, nos dejamos guiar por los sentimientos de complacencia y huimos de la tarea de conocernos a nosotros mismos con pretextos como 'me da flojera' o '¡que cansado!'. Detrás de todo eso hay un desasosiego que intentamos acallar con un diálogo interno cada vez más denso y menos natural".

"Eso es lo que le ha pasado a muchos aprendices: comenzaron bien, ahorrando su energía y desarrollando sus potencialidades. Pero no se dieron cuenta de que, a medida que accedían al poder, también nutrían en su interior un parásito. Si vamos a ceder a las presiones del ego, es preferible que lo hagamos como hombres comunes y corrientes, porque un brujo que se considera importante es lo más triste que hay."

"Dénse cuenta de que la importancia personal es un veneno implacable. No nos queda tiempo, el antídoto es la urgencia. ¡Es ahora o nunca!."

miércoles, 10 de noviembre de 2010

martes, 23 de marzo de 2010

Libros de Castañeda

Bibliografia
Colección completa de toda la obra, todos los libros, de Carlos Castaneda para descargar gratis. Los libros están ordenados cronológicamente.


Carlos Castaneda - 1968 - Las Ensenanzas De Don Juan
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Carlos Castaneda - 1971 - Una Realidad Aparte
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Carlos Castaneda - 1973 - Viaje A Ixtlan
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Carlos Castaneda - 1975 - Relatos De Poder
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Carlos Castaneda - 1977 - El Segundo Anillo De Poder
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Carlos Castaneda - 1981 - El Don Del Aguila
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Carlos Castaneda - 1984 - El Fuego Interno
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Carlos Castaneda - 1987 - El Conocimiento Silencioso
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Carlos Castaneda - 1993 - El Arte De Ensoñar
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Carlos Castaneda - 1996 - El Silencio Interno
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Carlos Castaneda - 1999 - El Lado Activo Del Infinito
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Carlos Castaneda - 1999 - Pases Magicos
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Carlos Castaneda - 2000 - La Rueda Del Tiempo
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jueves, 18 de marzo de 2010

Frases

No. 1
"Yo le había llevado un ejemplar de mi libro. Sin ningún preámbulo, lo saqué de mi portafolio y se lo di.
- Es un libro sobre usted, don Juan - dije.
El lo tomó y lo hojeó rápidamente como si fuera un mazo de cartas. Le gustaron el color verde del forro y el tamaño del libro. Sintió la cubierta con la palma de las manos, le dio vuelta un par de veces y luego me lo devolvió. Sentí una oleada de orgullo.
- Quiero que usted lo guarde - dije. Don Juan meneó la cabeza con una risa silenciosa.
- Mejor no - dijo, y luego añadió con una ancha sonrisa -: Ya sabes lo que hacemos con el papel en México.
Reí. Su toque de ironía me pareció hermoso."


No. 2
"(...) me agradaban los modos de don Juan. Me simpatizaba como persona. Había cierta solidez en su comportamiento; su forma de conducirse no dejaba duda alguna acerca de su dominio, y sin embargo jamás había ejercido su ventaja para exigirme nada. Su interés en cambiar mi forma de vivir era, sentía yo, semejante a una sugerencia impersonal, o quizás un comentario autoritario sobre mis fracasos. Me había hecho cobrar aguda conciencia de mis fallas, pero yo no veía en que forma su línea de conducta podría remediar nada en mí. Creía sinceramente que, a la luz de lo que yo deseaba hacer en la vida, sus modos sólo me habrían producido sufrimiento y penalidades, de aquí el callejón sin salida. Sin embargo, había aprendido a respetar su dominio, que siempre se expresaba en términos de belleza y precisión."


No. 3
"No te preocupes por los seres del otro mundo - había dicho don Juan, riendo -, los peligrosos son los Mexicanos."


No. 4
" - No puede usted embrujarlo, don Juan?
- ¿Embrujarlo? ¿Para qué?
- Para que cambie y recobre su valor.
El valor es algo personal. La brujería es para volver a la gente inofensiva o enferma o tonta. No se embruja para hacer guerreros. Para ser guerrero hay que ser claro como el cristal (...)"


No.5
"Para el hombre común (...) la brujería es asunto negativo, pero de todos modos fascinante. Por esta razón, siempre te animé, en tu estado de conciencia normal, a que pensaras que nosotros somos brujos. Es recomendable hacerlo. Sirve para atraer el interés. Pero, para nosotros, ser brujo sería como entrar en un callejón sin salida."


No. 6
"(...) todos los naguales, a través de los siglos, han dicho a sus presuntos aprendices: que los brujos hablan de la brujería como si ésta fuera un ave mágica, misteriosa, que detiene su vuelo para dar propósito y esperanza al hombre; que los brujos viven bajo el ala de esa ave, a la que llaman el pájaro de la sabiduría, el pájaro de la libertad y que lo alimentan con su dedicación e impecabilidad (...) los brujos sabían que el vuelo del pájaro de la libertad es siempre en línea recta, ya que esa ave no tiene modo de hacer curvas en el aire, de girar y volver atrás; y que el pájaro de la libertad sólo puede hacer dos cosas: llevar a la gente consigo o dejarlos atrás.
(...) Don Juan me recordó entonces algo que me repetía con mucha frecuencia, aunque yo me las arreglaba siempre para no pensar en eso. Dijo que yo no debía olvidar, ni por un instante, que el pájaro de la libertad tiene muy poca paciencia con la indecisión y que, una vez se va, jamás regresa."


No. 7
"(...) el aprieto del hombre moderno es que intuye sus recursos ocultos, pero no se atreve a usarlos. Por eso dicen los brujos que el mal del hombre es el contrapunto entre su estupidez y su ignorancia. El hombre necesita ahora, más que nunca, aprender nuevas ideas, que se relacionen exclusivamente con su mundo interior; ideas de brujo, no ideas sociales; ideas relativas al hombre frente a lo desconocido, frente a su muerte personal (...)"


No. 8
"El mundo está en verdad lleno de cosas temibles, y nosotros somos criaturas indefensas rodeadas por fuerzas que son inexplicables. El hombre común, en su ignorancia, cree que se puede explicar esas fuerzas o cambiarlas; no sabe realmente cómo hacerlo, pero espera que las acciones de la humanidad las expliquen o las cambien tarde o temprano. El brujo, en cambio, no piensa en explicarlas ni en cambiarlas; en vez de ello, aprende a usar esas fuerzas. El brujo se ajusta los remaches y se adapta a la dirección de tales fuerzas. Ese es su truco. La brujería no es gran cosa cuando le hallas el truco (...)"


No. 9
"(...) Dijo que el hombre común y corriente, incapaz de hallar energías para percibir más allá de sus límites diarios, llama al reino de la percepción extraordinaria brujería, hechicería u obra del demonio; y se aleja horrorizado sin atreverse a examinarlo."


No. 10
"Agregó que el hombre racional, al aferrarse tercamente a la imagen de sí, garantiza su abismal ignorancia. Ignora, por ejemplo, el hecho de que la brujería no es una cuestión de encantamientos y abracadabras, sino la libertad de percibir no sólo el mundo que se da por sentado, sino también todo lo humanamente posible.
Aquí es donde la estupidez del hombre es más peligrosa (...) El hombre le tiene terror a la brujería. Tiembla de miedo ante la posibilidad de ser libre. Y la libertad está ahí. A un centímetro de distancia (...)"


No. 11
"(...) Puesto que nuestra mente es nuestra racionalidad, y nuestra racionalidad es nuestra imagen de sí, cualquier cosa que esté más allá de nuestra imagen de sí o bien nos atrae o nos horroriza, según que tipo de personas seamos."


No. 12
"La brujería es el uso especializado de la energía - dijo, y como yo no respondí, siguió explicando -. Ver la brujería desde el punto de vista del hombre común y corriente es ver bien una idiotez o un insondable misterio, que está fuera de nuestro alcance. Y, desde el punto de vista del hombre común y corriente, esto es lo cierto, no porque sea un hecho absoluto, sino porque el hombre común y corriente carece de la energía necesaria para tratar con la brujería."


No. 13
"(...) Eso es la brujería: la habilidad de usar otros campos de energía que no son necesarios para percibir el mundo que conocemos. La brujería es un estado de conciencia. La brujería es la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar."


No. 14
"Ayer el mundo se hizo como los brujos te dicen que es (...) En ese mundo hablan los coyotes, también los venados, como te dije una vez, y también las víboras de cascabel y los árboles y todos los demás seres vivientes. Pero lo que quiero que aprendas es VER. A lo mejor ahora ya sabes que el VER ocurre sólo cuando uno se cuela entre los mundos, el mundo de la gente común y el mundo de los brujos. Ahora estás justito en medio de los dos. Ayer creíste que el coyote te hablaba. Cualquier brujo que no VE creería lo mismo, pero alguien que VE sabe que creer eso es quedarse atorado en el reino de los brujos. De la misma manera, no creer que los coyotes hablan es estar atorado en el reino de la gente común."


No. 15
"(...) la brujería es un viaje de retorno. Retornamos al espíritu victoriosos, después de haber descendido al infierno. Y desde el infierno traemos trofeos. El puro entendimiento es uno de esos trofeos."


No. 16
"- ¿Pero, usted no se considera brujo, verdad, don Juan? le pregunté.
- No le hagas, - dijo -. Yo soy un guerrero que ve (...)"


No. 17
"Convierte todo en lo que realmente es: lo abstracto, el espíritu (...) No hay brujería, no hay el mal, ni el demonio. Sólo existe la percepción."


No. 18
"(...) hay muchísimos imbéciles que se convierten en videntes. Los videntes son seres humanos llenos de debilidades, o más bien, seres humanos llenos de debilidades son capaces de volverse videntes. Igual que en el caso de gente atroz que se convierten en magníficos científicos."


No. 19
"La característica de los videntes de mala muerte es que están dispuestos a olvidar la maravilla que los rodea. Se quedan abrumados por el hecho de que VEN, y creen que su talento es lo que cuenta. Un vidente debe ser un parangón para superar la flojedad casi invencible de nuestra condición humana. Lo que hacen los videntes con lo que ven es más importante que el VER en sí."


No. 20
"(...) ser brujo, es como ser zapatero o panadero. La meta de los nuevos videntes es sobrepasar esa condición. Ser más que brujo. Y para eso necesitan belleza y moralidad."


No. 21
"¿Cuando estará usted en su casa? -pregunté.
Me escudriñó.
-Cuando vengas - repuso.
No se exactamente cuando pueda venir.
-Pues ven y no te preocupes.
¿Y si usted no está?
-Allí estaré -dijo, sonriendo, y se alejó.
Corrí tras él y le pregunté si podía llevar conmigo una cámara para tomar fotos suyas y de su casa.
-Eso está fuera de cuestión -dijo con el entrecejo fruncido.
¿Y una grabadora? ¿Le molestaría?
-Me temo que tampoco de eso hay posibilidad.
Me molesté un poco y empecé a agitarme. Dije que no había ningún motivo lógico para su rechazo.
Don Juan movió la cabeza en sentido negativo. - Olvídalo - dijo con fuerza -. Y si todavía quieres verme, no vuelvas a mencionarlo.
Presenté una débil queja final. Dije que las fotos y las grabaciones eran indispensables para mi trabajo. El respondió que sólo una cosa era indispensable para todo lo que hacíamos. La llamó "el espíritu".
- No se puede prescindir del espíritu - dijo -. Y tú no lo tienes. Preocúpate de eso y no de tus fotos."


No. 22
"En tono dramático, don Juan aseveró que el bienestar era una condición que debía cultivarse, una condición con la que uno tenía que familiarizarse para buscarla.
- Tu no sabes lo que es el bienestar porque nunca lo has sentido - dijo. Yo no estuve de acuerdo. Pero él siguió argumentando que el bienestar era un logro que debía buscarse deliberadamente. Dijo que lo único que yo sabía buscar era un sentimiento de desorientación, malestar y confusión.
Rió con burla y me aseguró que, para lograr la hazaña de sentirme desdichado, yo debía trabajar en forma muy intensa, y que era absurdo el que nunca me hubiera dado cuenta de que lo mismo podía trabajar para sentirme completo y fuerte.
- El chiste está en lo que uno recalca - dijo -. O nos hacemos infelices o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma."


No. 23
"(...) - no estás completo. No tienes paz.
La aserción me molestó. Me sentí ofendido. Pensé que don Juan no estaba calificado en modo alguno para juzgar mis actos ni mi personalidad.
- Estás lleno de problemas - dijo -. ¿Por qué?
Sólo soy un hombre, don Juan - repuse malhumorado.
Hice la afirmación en la misma vena en que mi padre solía hacerla. Cada vez que decía ser sólo un hombre, implicaba que era débil e indefenso y su frase, como la mía, rebosaba un esencial sentido de desesperanza.
Don Juan me escudriñó como el día en que nos conocimos.
(...) Yo también soy sólo un hombre, pero no lo digo como tu lo dices.
¿Cómo lo dice usted?
- Yo me he salido de todos mis problemas. Qué lástima que la vida sea tan corta y no me permita aferrarme a todas las cosas que quisiera. Pero eso no es problema, ni punto de discusión; es solo una lástima.
Me gustó el tono de sus frases. No había en él desesperación ni compasión por sí mismo."


No. 24
"Experimenté un sentimiento extremadamente agradable de paz y satisfacción; el mundo en aquél momento parecía en calma. La quietud era exquisita y al mismo tiempo enervante. No me hallaba acostumbrado a este tipo de silencio. Traté de hablar, pero don Juan me calló. Tras un rato, la tranquilidad del sitio afectó mi estado de ánimo. Me puse a pensar en mi vida y en mi historia personal y experimenté una familiar sensación de tristeza y remordimiento. Dije a don Juan que yo no merecía estar allí, que su mundo era fuerte y bello y yo era débil, y que mi espíritu había sido deformado por las circunstancias de mi vida.
El rió y amenazó con cubrirme la cabeza con tierra si seguía hablando en esa vena. Dijo que yo era un hombre. Y como cualquier hombre, merecía todo lo que era la suerte de los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha -, y la naturaleza de nuestros actos carecía de importancia siempre y cuando actuáramos como guerreros.
Bajando la voz casi hasta un susurro, dijo que, si en verdad sentía yo que mi espíritu estaba deformado, simplemente debía componerlo, purificarlo, hacerlo perfecto -, porque en toda nuestra vida no había otra tarea más digna de emprenderse. No arreglar el espíritu era buscar la muerte, y eso era igual que no buscar nada, pues la muerte nos iba a alcanzar de cualquier manera.
(...) Buscar la perfección del espíritu del guerrero es la única tarea digna de nuestra hombría."


No. 25
"- Uno necesita el ánimo de un guerrero para cada uno de sus actos - dijo. - De otro modo uno se enchueca y se afea. No hay poder en una vida que carece de este ánimo. Mírate tú mismo. Todo te ofende y te inquieta. Chillas y te quejas y sientes que todo el mundo te hace bailar a su son. Eres una hoja a merced del viento. No hay poder en tu vida. ¡Que feo debe sentirse eso!
Un guerrero en cambio, es un cazador. Todo lo calcula. Eso es control. Pero una vez terminados sus cálculos, actúa. Se deja ir. Eso es abandono. Un guerrero no es una hoja a merced del viento. Nadie lo empuja; nadie lo obliga a hacer cosas en contra de sí mismo o de lo que juzga correcto. Un guerreo está entonado para sobrevivir, y sobrevive del mejor modo posible."


No. 26
"(...) Como ya sabes, tu espíritu estaba sin balance. Para contrarrestar eso, te enseñé la vida del guerrero. Pues bien, un guerrero empieza la faena con la certeza de que su espíritu está fuera de balance; pero a medida que va adquiriendo, sin pena ni apuro, control y conocimiento, también va haciendo lo mejor que puede por ganar ese balance.
En tu caso, como en el de todos los hombres, tu falta de balance se debía a la suma total de tus acciones (...)"


No. 27
"- Tienes que ser un hombre fuerte, y tu vida tiene que ser verdadera.
- ¿Qué es una vida verdadera?
- Una vida que se vive con la certeza nítida de estar viviéndola; una vida buena, fuerte."


No. 28
"No hay enfermedades (...) Sólo hay idioteces (...)"


No. 29
"Trepó hacia allá como una cabra montés. Me maravilló su estupenda agilidad.
Lentamente me arrastré sentado, roca abajo, y luego traté de subir corriendo la ladera de la montaña con el fin de alcanzar la saliente. Los últimos metros me agotaron por completo. En son de broma, pregunté a don Juan cuántos años tenía en realidad Opiné que, para llegar al lugar como él lo había hecho, era necesario ser muy joven y estar en perfectas condiciones.
- Soy tan joven como quiero - dijo él -. Esto también es cosa de poder personal. Si vas juntando poder, tu cuerpo puede realizar hazañas increíbles. En cambio, si disipas el poder te pones viejo y gordo de la noche a la mañana."


No. 30
"Le dije que su aptitud física me tenía en verdad atónito.
- Todo el tiempo he estado tratando de dártela a notar - dijo.
¡Usted no es viejo para nada, don Juan!
- Claro que no. He estado tratando de que lo notes.
¿Cómo le hace usted?
- No hago nada. Mi cuerpo se siente perfectamente, eso es todo. Me trato muy bien; por eso no tengo motivo para sentirme cansado o incómodo. El secreto no está en lo que tú mismo te haces, sino más bien en lo que no haces."


No. 31
"(...) Una cosa es cierta, no has cuidado tu cuerpo. Estás demasiado gordo. No quise decirte nada antes. Siempre hay que dejar que los otros hagan lo que tienen que hacer. (...)"


No. 32
"Debes estirar tu cuerpo muchas veces durante el día (...) Mientras más veces mejor, pero más después de un largo período de trabajo o un largo período de descanso."


No. 33
"(...) Un guerrero camina kilómetros y kilómetros cada día (...)"


No. 34
"(...) Comió con la mayor lentitud y no pronunció una sola palabra. Su absoluta concentración en el comer me llevó a tomar conciencia de que todos ellos hacían lo mismo: tragaban en completo silencio."


No. 35
"Sábado, Agosto 19 de 1.961.
Ayer en la mañana, don Juan y yo fuimos a desayunar al pueblo y desayunamos en una fonda. El me aconsejó no cambiar demasiado drásticamente mis hábitos alimenticios.
- (...) Te enfermarías si no comieras tu comida.
Él mismo comió con gran apetito. Cuando hice una broma al respecto, se limitó a decir:
- A mi cuerpo le gusta todo."

No. 36
"Ser cazador es mucho más que sólo atrapar animales (...) Un cazador digno de serlo no captura animales porque pone trampas, ni porque conoce las rutinas de su presa, sino porque él mismo no tiene rutinas. Esa es su ventaja. No es de ningún modo como los animales que persigue, fijos en rutinas pesadas y en caprichos previsibles; es libre, fluido, imprevisible."


No. 37
"Un buen cazador cambia de proceder tan a menudo como lo necesita (...)"


No. 38
"Hay que hacerse responsable de estar en un mundo extraño (...) Estamos en un mundo extraño, has de saber (...) Para ti el mundo es extraño porque cuando no te aburre estás enemistado con él. Para mi el mundo es extraño porque es estupendo, pavoroso, misterioso, impenetrable; mi interés ha sido convencerte de que debes hacerte responsable por estar aquí, en este maravilloso mundo (...) en este maravilloso tiempo. Quise convencerte de que debes aprender a hacer que cada acto cuente, pues vas a estar aquí sólo un rato corto, de hecho muy corto, para presenciar todas las maravillas que existen.
Insistí que aburrirse con el mundo o enemistarse con él era la condición humana.
- Pues cámbiala - repuso con sequedad -. Si no respondes al reto, igual te valdría estar muerto."


No. 39
"(...) los nuevos videntes propusieron que si los guerreros quieren penetrar en lo desconocido tienen que conservar su energía. Pero, ¿de donde van a conseguir la energía, si toda ella ya está usada? La conseguirán dicen (...) destruyendo hábitos innecesarios."


No 40
"- La gente casi nunca se da cuenta de que podemos cortar cualquier cosa de nuestras vidas en cualquier momento, así nomás - chasqueó los dedos -."


No 41
"(...) Un acechador lo acecha todo. Inclusive a sí mismo.
-¿Cómo lo hace?
- Un acechador impecable lo convierte todo en presa. El Nagual me dijo que es posible llegar a acechar nuestras propias debilidades (...)
(...) -¿Cómo es posible acechar las propias debilidades, Gorda?
- Del mismo modo que se acecha una presa. Descifras tus costumbres hasta conocer todas las consecuencias de tus debilidades y te abalanzas sobre ellas y las coges como a conejos en una jaula (...)
(...) - Pero acechar las propias debilidades no implica estrictamente el deshacerse de ellas - dijo -. Puedes estar acechándolas desde ahora hasta el día del juicio final sin que nada varíe un ápice (...) En realidad, lo que un guerrero necesita para ser un acechador impecable es tener un propósito."


No 42
"-¿Se le ha ocurrido alguna vez, don Juan, que a lo mejor no quiero cambiar?
- Si, se me ha ocurrido. Yo tampoco quería cambiar, igual que tú. Sin embargo, no me gustaba mi vida; estaba cansado de ella, igual que tú. Ahora no me alcanza la que tengo."


No 43
"(...) a veces me haces acordar de mí mismo (...) Tampoco yo quería seguir el camino del guerrero. Creía que tanto trabajo era para nada, y puesto que todos vamos a morir, ¿qué importaba el ser un guerrero? Me equivocaba. Pero tuve que descubrirlo por mi propia cuenta. Cuando llegues a descubrir que te equivocas, y que ciertamente hay un mundo de diferencia, podrás decir que estás convencido. Y entonces puedes seguir adelante por tu cuenta. (...)"


No 44
"-¿Por qué hace usted todo esto por mí, don Juan? - pregunté.
Se quitó el sombrero y se rascó las sienes en fingido desconcierto.
- Tengo un gesto contigo - dijo suavemente -. Otras personas han tenido contigo un gesto similar; algún día tú mismo tendrás el mismo gesto con otros. Digamos que esta vez me toca a mí. Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima. Soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseñó a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena vivirse... así que la cambié."


No 45
"En cuanto a su propio desarrollo, don Juan decía que el haber sido empujado al mundo de su benefactor le hizo comprender cuan fácil y conveniente le había sido dejar que su vida transcurriera sin disciplina alguna. Entendió que su error había consistido en creer que sus miras eran las únicas metas valiosas que un hombre podía tener. Toda su vida había sido un indigente; la ambición que lo consumía por tanto, era tener posesiones, ser alguien. Tanto le preocupó el afán de salir adelante y la desesperación de ver que no lo estaba logrando, que nunca tuvo tiempo de examinar cosa alguna. De buena gana se aunó a su benefactor porque creyó que se le estaba presentando una oportunidad de engrandecerse. Pensó que, por lo menos, podría aprender a ser brujo. La realidad de su encuentro con el mundo de su benefactor fue tan diferente que él la concebía como algo análogo al efecto de la conquista española en la cultura indígena. Algo que lo destruyó todo, pero que también llevó a una revalidación total."


No 46
"(...) Un cazador debe vivir como cazador para sacar lo máximo de su vida. Por desdicha, los cambios son difíciles y ocurren muy despacio; a veces un hombre tarda años en convencerse de la necesidad de cambiar. Yo tardé años, pero a lo mejor no tenía facilidad para la caza. Creo que para mí lo más difícil fue querer realmente cambiar."


No 47
"- No me des la razón por las puras (...) En vez de estar de acuerdo tan fácilmente, debes actuar. Acepta el reto. Cambia.
-¿Así no más?
- Como lo oyes. El cambio del que te hablo nunca sucede por grados; ocurre de golpe. Y tú no te estás preparando para ese acto repentino que producirá un cambio total."


No 48
"(...) toma mucho tiempo limpiar la basura que un ser luminoso recoge en el mundo."


No 49
"(...) El Nagual decía que era inútil creer o esperar que sea posible cambiar los propios hábitos (...) Un guerrero sabe que no puede cambiar; es más: sabe que no le está permitido. Es la única ventaja que tiene un guerrero sobre un hombre común. El guerrero jamás se decepciona al fracasar en una tentativa de cambiar."


No 50
"(...) sólo podemos realmente cambiar si morimos."


No 51
"Una vez que decidiste venir a México debiste haber dejado todos tus pinches miedos (...) Tu decisión de venir debió haberlos vencido. Viniste porque querías venir. Ese es el modo del guerrero. Te lo he dicho mil veces: el modo más efectivo de vivir es como guerrero (...)"


No 52
"(...) Te has lamentado toda tu vida porque nunca te haces responsable de tus decisiones (...)"


No 53
"Decidir no significa escoger un momento arbitrario (...) Decidir significa que has puesto tu espíritu en orden impecable, y que has hecho todo lo posible por ser digno del conocimiento y el poder."


No 54
"Se escoge sólo una vez (...) Elegimos ser guerreros o ser hombres corrientes. No existe una segunda oportunidad. No sobre esta tierra."


No 55
"Una regla básica para un guerrero (...) es hacer sus decisiones con tanto cuidado que nada de lo que pueda ocurrir como resultado de ellas sea capaz de sorprenderlo, mucho menos menguar su poder."


No 56
"(...) un guerrero es, digamos, un prisionero del poder; un prisionero que puede hacer una decisión: la decisión de actuar como un guerrero impecable, o actuar como un asno (...)"


No 57
"(...) solo hay decisiones bien hechas o decisiones mal hechas. Si es una decisión mal hecha tu cuerpo lo sabe, y también el cuerpo de los demás; pero si es una decisión bien hecha, el cuerpo lo sabe y descansa y se olvida rapidísimo de que hubo una decisión. Vuelves a cargar tu cuerpo, ves, como una escopeta, para la siguiente decisión. Si quieres usar tu cuerpo otra vez para hacer la misma decisión, no funciona."


No 58
"Cuando un hombre decide hacer algo, debe ir hasta el fin, pero debe aceptar la responsabilidad por lo que hace. Haga lo que haga, primero debe saber por qué lo hace, y luego seguir adelante con sus acciones sin tener dudad ni remordimientos acerca de ellas."


No 59
"(...) Preocúpate y piensa antes de hacer cualquier decisión, pero una vez que la hagas echa a andar libre de preocupaciones y de pensamientos; todavía habrá un millón de decisiones que te esperan. Ese es el modo del guerrero."


No 60
"(...) los guerreros (...) dan lo mejor de sí y después, sin remordimientos ni lamentos, se quedan tranquilos y dejan que el espíritu decida el resultado."


No 61
"Me instó a nombrar un asunto, un elemento de mi vida que hubiera ocupado todos mis pensamientos. Dije que el arte. Siempre quise ser artista y durante años me dedique a ello. Todavía conservaba el doloroso recuerdo de mi fracaso.
-Nunca has aceptado la responsabilidad de estar en este mundo impenetrable -dijo en tono acusador-. Por eso nunca fuiste artista, y quizá nunca seas cazador."


No 62
"-Un guerrero reconoce su dolor pero no se entrega a él -dijo don Juan-. Por eso el sentimiento de un guerrero que entra en lo desconocido no es de tristeza; al contrario, está alegre porque se siente humilde ante su gran fortuna, confiado en la impecabilidad de su espíritu, y sobre todo, completamente al tanto de su eficiencia. La alegría del guerrero le viene de haber aceptado su destino, y de haber calculado de verdad lo que le espera."


No 63
"(...) Entre carcajadas comentó que aún en el estado de conciencia acrecentada yo era un baboso a quien le encantaba la repetición y que periódicamente yo insistía en aburrirlo con mis estallidos de importancia personal. Dijo que si tenía que sucumbir, debía hacerlo luchando, no pidiendo perdón y sintiéndome inútil, y que no importaba un comino lo que fuera nuestro destino siempre que lo enfrentáramos con un abandono total."


No 64
"(...) ¿Por qué tratar de negar o modificar una cosa que no se puede sino aceptar?"


No 65
"Cada uno de nosotros es distinto, y por eso los detalles de nuestras luchas son distintos (...)"


No 66
"(...) Sientes que entregarte a las dudas y a las tribulaciones es la marca de un hombre sensitivo. Bueno, la verdad del asunto es que estás muy lejos de ser eso. ¿Por qué fingir, pues? Ya te dije el otro día: un guerrero se acepta con humildad así como es."


Debes aprender a ponerte adrede al alcance y fuera del alcance -dijo-.Como anda tu vida ahora, estás todo el tiempo al alcance sin saberlo.
Protesté. Sentía que mi vida se hacía cada vez más y más secreta. Él dijo que yo no lo había comprendido, y que ponerse fuera del alcance no significaba ocultarse ni guardar secretos sino ser inaccesible.


- Deja que te lo diga de otro modo - prosiguió, pacientemente-. No tiene caso esconderte si todo el mundo sabe que estás escondido. "Tus problemas de ahora surgen de allí. Cuando estás escondido, todo mundo sabe que estás escondido, y cuando no, te pones en medio del camino para que cualquiera te dé un golpe."


No. 67
"(...) el poder sólo llega tras haber aceptado nuestros destinos sin discusión (...)"


No. 68.
"Don Juan siempre había insistido en que nuestro peor enemigo era la incapacidad para aceptar la realidad de aquello que nos ocurre (...).


No. 69.
"-Tienen que pasarte cosas muy drásticas para que permitas a a tu cuerpo aprovechar lo que has aprendido - dijo.
Aventuré la opinión de que, no siendo indio, carecía de las cualidades básicas para vivir la insólita existencia de un brujo.
- Tal vez, si lograra desprenderme de todos mis compromisos, podría desenvolverme un poco mejor en su mundo - dije -. O si me fuera con usted al desierto, a vivir allí. Como están las cosas, el hecho de tener un pié en cada mundo me hace inútil en ámbos.
Se me quedó mirando un rato.
- Este es tu mundo - dijo, señalando la calle tumultuosa detrás de la ventana -. Eres hombre de ése mundo. Y allá afuera, en ese mundo, está tu campo de caza. No hay manera de escapar al hacer de nuestro mundo, por eso, lo que hace un guerrero es convertir su mundo en su campo de caza. Como cazador, el guerrero sabe que el mundo está hecho para usarse. De modo que lo usa hasta lo último. Un guerrero es como un pirata que no tiene escrúpulos en tomar y usar cualquier cosa que desee, sólo que el guerrero no se aflige ni se ofende cuando lo usan y lo toman a él."


No. 70.
"El caso no es el que tengas que vivir con todo esto. Tú eres todo esto. No estás solamente tolerándolo por lo pronto..."


No. 71
" - Pero usted mismo dice, don Juan, que uno siempre puede fracasar.
- Cierto. Uno siempre puede fracasar. Pero yo creo que tú te refieres a otra cosa. Quieres hallar una salida. Quieres tener la libertad de fracasar y salir corriendo cuando se te dé la gana. Es demasiado tarde para eso. Un guerrero está en las manos del poder y su única libertad es elegir una vida impecable. No hay manera de fingir el triunfo o la derrota (...)"


No. 72
"(...) El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisa, sin angustia; es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar."


No. 73.-
(...) Refrenamiento significa retener con el espíritu algo que el guerrero sabe que justamente debe cumplirse. No significa que el guerrero ande por ahí pensando en hacerle mal a alguien, o planeando cómo vengarse o saldar cuentas. El refrenamiento es algo independiente.
Mientras el guerrero tenga control, disciplina y la habilidad de escoger el momento oportuno, el refrenamiento asegura que recibirá su completo merecido quienquiera que se lo haya ganado."


No. 74.
"(....) Un guerrero sabe que espera y sabe lo que espera, y mientras espera no quiere nada y así cualquier cosita que recibe es más de lo que puede tomar. Si necesita comer halla el modo, porque no tiene hambre; si algo lastima su cuerpo halla el modo de pararlo, porque no siente dolor. Tener hambre o sentir dolor significa que uno se ha entregado y que ya no se es guerrero; las fuerzas de su hambre y su dolor lo destruirán."


No. 75.
"(...) un maestro no presiona a su aprendiz. Eso nada más fomentaría obsesión y morbidez."


No. 76.
"(...) Para lograr éxito en cualquier empresa se debe ir muy despacio, con mucho esfuerzo pero sin tensión ni obsesiones."


No. 77.
"(...) Tu no tienes prisa. Un guerrero nunca está ocioso ni tiene prisa (...)"


No. 78.
" - Tengo todavía tántas cosas pendientes en mi vida - dije. Tantas cosas sin resolver.
Don Juan chasqueó suavemente la lengua.
- Nada está pendiente en el mundo - dijo. Nada está terminado, pero nada está sin resolver. Duérmete."


No. 79.
"El mundo se ajusta a sí mismo (...)"


No. 80.
"(...) Descansa, olvídate de tí mismo, no tengas miedo a nada. Sólo entonces los poderes que nos guían nos abren el camino y nos auxilian. Sólo entonces."


No. 81.
"Conque temes al vacío de la vida de tu amigo. Pero no hay vacío en la vida de un hombre de conocimiento: te lo digo yo. Todo está lleno hasta el borde.
Don Juan se puso en pie y extendió los brazos como palpando cosas en el aire.
- Todo está lleno hasta el borde - repitió -, y todo es igual. Yo no soy como tu amigo que nada más se hizo viejo. Cuando yo te digo que nada importa, no lo digo como él. Para él, su lucha no valió la pena porque salió derrotado; para mí no hay victoria ni derrota, ni vacío. Todo está lleno hasta el borde y todo es igual y mi lucha valió la pena."


No. 82.
" En Oaxaca, don Juan pasó horas mirando cosas mundanas y triviales: el color desteñido de las paredes, las siluetas de las montañas lejanas, la configuración de las grietas en el cemento de las aceras, las caras de la gente (...)"


No. 83.
" La Gorda se levantó; estaba lista para salir. La llevé a pasear por laciudad. Se veía muy contenta. Iba de lugar en lugar observando todo,deleitando sus ojos en el mundo. Don Juan me había dado esa imágen.Decía que un guerrero sabe que está esperando y también sabe que es loque está esperando, y , mientras espera, deleita sus ojos en el mundo.Para él la máxima hazaña de un guerrero era el gozo (...)"


No. 84.
"(...) para reir necesitamos mirar con los ojos - dijo -, porque sólo cuando miramos las cosas podemos captar el filo gracioso del mundo. En cambio, cuando nuestros ojos VEN, todo es tan igual que nada tiene gracia.
- ¿Quiere usted decir, don Juan, que un hombre que VE nunca puede reir?
Permaneció en silencio un rato.
- Tal vez haya hombres de conocimiento que nunca ríen - dijo -. Pero no conozco ninguno. Los que conozco VEN y también miran, de modo que ríen.
- ¿Lloraría así mismo un hombre de conocimiento?
- Por supuesto. Nuestros ojos miran para que podamos reír o llorar, o regocijarnos, o estar tristes, o estar contentos. A mí personalmente no me gusta estar triste; por eso, cada vez que presencio algo que por lo común me entristecería, simplemente cambio los ojos y lo VEO en lugar de mirarlo. Pero cuando encuentro algo gracioso, miro y me rio."


No. 85.
"(...) Me aseguró que había un tinte de humor malicioso en cada una de sus clasificaciones, porque el humor era la única manera de contrarrestar la compulsión humana de hacer engorrosos inventarios y clasificaciones."


No. 86.
"- Tienes una idea rara de lo que significa hablar en serio - dijo -. Yo río mucho porque me gusta reir, pero todo lo que digo es totalmente en serio, aunque no lo entiendas. ¿Por qué debería ser el mundo sólo como tú crees que és? ¿Quién te dió la autoridad para decir eso?"


No. 87.
"(...) Añadió que el único modo de contrarrestar el devastador efecto del mundo de los brujos era reírse de él."


No. 88.
"(...) los acechadores aprenden a no tomarse en serio: aprenden a reirse de sí mismos. Puesto que no tienen miedo de hacer el papel de tontos, pueden hacer tonto a cualquiera."
No. 89.
" - La vida de un guerrero no puede ser en modo alguno fría y solitaria y sin sentimientos, porque se basa en su afecto, su devoción, su dedicación a su ser amado (...)
(...) - Esta es la predilección de los guerreros - dijo -. Esta tierra, este mundo. Para un guerrero no puede haber un amor más grande (...)
- Sólamente si uno ama esta tierra con pasión inflexible puede uno librarse de la tristeza (...) Un guerrero siempre está alegre porque su amor es inalterable y su ser amado, la tierra, lo abraza y le regala cosas inconcebibles. La tristeza pertenece sólo a esos que odian al mismo ser que les da asilo."


No. 90.
"(...) la importancia personal es la fuerza detrás de todo ataque de melancolía (...) los guerreros tienen derecho a sentir estados de profunda tristeza, pero la tristeza les viene solamente para hacerlos reir."


No. 91.
"- ¿A quien le importa la tristeza? - dijo -. Piensa sólo en los misterios; el misterio es lo único que importa. Somos seres vivientes; tenemos que morir y renunciar a nuestra conciencia. Pero, si pudieramos cambiar tan sólo un matiz, un hilo de eso, ¡qué misterios deben aguardarnos! ¡Qué misterios!


No. 92.
"Un guerrero es alguien que busca la libertad, la tristeza no es libertad. Tenemos que quitárnosla de encima."


No. 93.
"(...) La mejor manera de deshacerse de la melancolía es reirse de ella."


No. 94.
"(...) Cuando no se tiene nada que perder se adquiere coraje. Somos temerosos únicamente en la medida en que tengamos algo a que aferrarnos."


No. 95.
"Lo que nos hace desdichados es la necesidad. Pero si aprendemos a reducir a nada nuestras necesidades, la cosa más pequeña será un verdadero regalo. Ten paz (...)"


No. 96.
"Al repasar su vida, cobró conciencia de que la única vez que no fue pobre ni tuvo necesidades concretas fue durante los años pasados con el nagual. Y supo entonces que la pobreza es un estado de ser y que lo había reclamado cuando sus necesidades concretas lo abrumaron."


No. 97.
"Una vez que hubo desaparecido el desapego, que era lo que le daba el poder de amar, sólo le quedaron las necesidades mundanas: la miseria y la desesperación, rasgos distintivos del mundo cotidiano.


"No. 98.
"-¿Que mas puede tener un hombre aparte de su vida y su muerte?"


No. 99.
"- La sola idea de desapegarme de todo lo que conozco me da escalofríos - dije.
¡Has de estar bromeando! Lo que debería darte escalofríos es no tener nada más que esperar que una vida de hacer lo que siempre has hecho. Piensa en el hombre que planta maíz año tras año hasta que está demasiado viejo y cansado para levantarse y se queda echado como perro viejo. Sus pensamientos y sentimientos, lo mejor que tiene, vagan sin ton ni son y se fijan en lo único que ha hecho: plantar maíz. Para mí, ese es el desperdicio más aterrrador que existe."


No. 100.
"Ya me dí al poder que a mi destino rige.
No me agarro ya de nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mi (...)"

No. 101.
"Empezó por dejar en claro que para él todas las ruinas arqueológicas de México, especialmente las pirámides, eran dañinas para el hombre moderno. Describió las pirámides como desconocidas de pensamiento y acción. Dijo que cada parte, cada diseño representaba un esfuerzo calculado para registrar aspectos de atención absolutamente ajenos a nosotros. Para don Juan no eran solamente las ruinas de antiguas culturas las que contenían un elemento peligroso en ellas; todo lo que era objeto de preocupación obsesiva tenía un potencial dañino."


No. 102.
"¿De qué les sirve tener cuarzos bellamente pulidos si jamás encuentran el espíritu dador de poder? (...)"


No. 103.
"(...) quiero saber todo lo que pueda acerca de objetos de poder. Usted mismo ha dicho que saber es poder.
¡No! - dijo categórico -. El poder depende de la clase de saber que se tenga. ¿De que sirve saber cosas que no valen la pena?"


No. 104.
"(...) El los había ayudado a todos impecablemente; por lo tanto, su espíritu estaba libre de tribulaciones y su mente libre de especulaciones inútiles (...)"


No. 105.
"(...) Negarte es una entrega, y no recomiendo ninguna cosa por el estilo. Ese es el motivo de que te deje hacer todas las preguntas que quieres. Si te forzara a parar de preguntar, podrías torcer tu voluntad tratando de obedecer. Entregarse a la negación es el peor de todos los modos de entrega; nos fuerza a creer que estamos haciendo cosas buenas, cuando en efecto sólo estamos fijos dentro de nosotros mismos (...)"


No. 106.
"Ser ermitaño es una entrega (...) Un ermitaño no está desapegado, pues se abandona voluntariamente a ser ermitaño."


No. 107.
"Mientras caminábamos, don Juan me dijo que quería advertirme nuevamenteque, en el camino del guerrero es muy fácil perderse en complejidades. Dijo que los videntes se enfrentan a grandes enemigos que pueden destruir sus propósitos, enturbiar sus objetivos y debilitarlos, enemigos creados por el mismo conocimiento que los guerreros buscan, aunado al sentido de la indolencia, imprudencia e importancia personal que son partes integrales del mundo cotidiano."


No. 108.
"(...) Dijo que los hombres eran criaturas muy frágiles, y se hacían aún más frágiles a través de su vicio de entregarse a todo (...)"


No. 109.
"(...) Somos tantos los que sufrimos, los que tenemos nuestro infierno privado y particular, nacido de nuestra estupidez, que el espíritu no puede prestarnos atención."


No. 110.
" - Claro que tenemos un lado oscuro (...) Matamos por capricho, ¿no es cierto? Quemamos a la gente en el nombre de Dios. Nos destruimos a nosotros mismos; aniquilamos la vida en este planeta; destruimos la tierra. Y luego nos ponemos un hábito y el Señor nos habla directamente.
¿Y qué nos dice el Señor? Nos dice que si no nos comportamos bien nos va a castigar. El Señor lleva siglos amenazándonos sin que las cosas cambien. Y no porque exista el mal, sino porque somos estúpidos. El hombre sí que tiene un lado oscuro, que se llama estupidez."


No. 111.
"Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cualquier otra forma al saber o la guerra es un error, y quien lo cometa vivirá para lamentar sus pasos.
Le pregunté por que era así, dijo que, cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos, no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones sus actos pierden la torpeza de las acciones de un tonto. Si tal hombre fracasa, o sufre una derrota, sólo habrá perdido una batalla, y eso no provocará deploraciones lastimosas."


No. 112.
"(...) Le recordé que una vez me había dicho que la guerra era el estado natural de todo brujo, que la paz era una anomalía.
Es cierto - admitió -. Pero la guerra, para un brujo, no significa actos de estupidez individual o colectiva ni una violencia absurda. La guerra para el brujo es la lucha total contra ese yo individual que ha privado al hombre de su poder."


No. 113.
" Estoy haciendo lo posible.
No. No estoy de acuerdo. Nada más dices esto porque te suena bien, de hecho, has estado diciendo lo mismo acerca de todo cuento haces. Llevas años haciendo lo posible, sin que sirva de nada. Hay que hacer algo para remediar eso."


No. 114.
"(...) Convertirse en guerrero impecable tarda años. Para poder resistir el impacto (...) debes ser mejor de lo que eres ahorita."


No. 115.
"He tratado de vivir de acuerdo a sus consejos - dije -. Tal vez no sea yo lo mejor, pero soy lo mejor de mí mismo. ¿Es eso impecabilidad?

- No. Debes ser aún mejor. Debes empujarte siempre más allá de tus límites.
- Pero eso sería una locura, don Juan. Nadie puede hacer eso.
Muchas cosas que haces ahora te habrían parecido una locura hace diez años. Las cosas esas núnca cambiaron, pero sí cambió la idea de tí mismo; lo que antes era imposible es ahora perfectamente posible, y a lo mejor el que logres cambiarte por completo es sólo cuestión de tiempo (...)"


No. 116.
"Todos pasamos por los mismos jalones (...) La única manera de vencerlos es persistir en actuar como guerrero. El resto viene de sí mismo y por sí mismo."


No. 117.
"(...) todos pasamos por las mismas dudas. Nos da miedo volvernos locos, pero la desgracia es que, de a tiro, ya todos nosotros estamos locos."

No. 118.
"(...) te he oído decir que tus padres dañaron tu espíritu. Yo creo que el espíritu del hombre es algo que se daña fácilmente, aunque no con las mismas acciones que tú llamas dañinas. Creo que tus padres sí te dañaron haciéndote indulgente y flojo y dado a quedarte sentado más de la cuenta."


No. 119.
"La pena no encaja con el poder (...)"


No. 120
"(...) El camino del conocimiento se anda a la mala. Para aprender necesitamos que nos echen espuelas. En el camino del conocimiento siempre estamos peleando con algo, evitando algo, preparados para algo; y ese algo es siempre inexplicable, más grande y poderoso que nosotros (...)"


No. 121
"Tuve un deseo casi invencible de quejarme. No era que resintiese nada que
> me hubiera ocurrido, pero anhelba solaz y simpatía (...)"
- Sólo como un guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento -dijo-. Un guerrero no puede quejarse ni lamentar nada. Su vida es un desafío interminable, y no hay modo de que los desafíos sean buenos o malos. Los desafíos son simplemente desafíos.
Su tono era seco y severo; su sonrisa cálida y apaciguadora".


No. 122
"El susto nunca daña a nadie. lo que daña el espíritu es tener siempre encima alguien que te pege y te diga qué hacer y qué no hacer"


No. 123
"Conque tienes miedo. No hay nada nuevo en tener miedo. No pienses en tu miedo. ¡Piensa en las maravillas de ver!


No. 124
"(...) para ser un guerrero sin par uno tiene que amar la libertad, y uno tiene que tener una despreocupación, un desinterés supremo. Explicó que el camino del guerrero es algo extremadamente peligroso porque representa el lado opuesto de la situación del hombre moderno, que ha abandonado el reino de lo desconocido y de lo misterioso, y se ha instalado en el reino de lo funcional. Le ha dado la espalda al mundo de los presentimientos y el júbilo y le ha dado la bienvenida al mundo del aburrimiento."


No. 125
"(...) todos desarrollamos en el curso de la vida una dirección según la cual miramos (...). Esa dirección termina por ser la de los ojos del espíritu. Según pasan los años esa dirección se desgasta, se debilita y se hace desagradable y, puesto que estamos ligados a esa dirección particular, nos hacemos débiles y desagradables (...)"
No. 126
"A nosotros como individuos, nos toca oponernos a las fuerzas de nuestras vidas (...)
No. 127
"(...) Tú haces girar el mundo sobre el sentimiento de que todo es demasiado para tí."
No. 128.
"-¿Por qué fue triste tu niñez? (...)
Le dije que mi infancia no había sido en verdad triste, sino acaso un poco difícil.
Todo el mundo siente lo mismo (...) También yo pasé de niño muchas desdichas y temores. Ser niño indio es duro, muy duro. Pero el recuerdo de aquel tiempo ya no tiene otro significado sino que fue duro. Dejé de pensar en las penalidades de mi vida aún antes de que aprendiera a ver."
No. 129.
"(...) La vida no ha sido ni buena ni mala conmigo; la vida ha sido dura. La vida es dura, y para un niño es a veces el horror mismo."
No. 130.
"¡No aguantas sin una ducha! A veces eres tan flojo que pienso que estás bromeando. Pero no es un chiste. A veces realmente no tienes ningón control, y las fuerzas de tu vida te agarran con entera libertad."
No. 131.
"Prometí a mi padre que viviría para destruir a sus asesinos. Años enteros cargué con esa promesa. Ahora la promesa está cambiada. Ya no me interesa destruir a nadie. He aprendido que todos los incontables caminos que uno recorre en su vida son todos iguales. Los opresores y los oprimidos se encuentran al final, y lo único que sigue valiendo es que la vida fue demasiado corta para ámbos. Hoy no me siento triste porque mis padres murieran como murieron; me siento triste porque eran indios. Vivieron como indios y murieron como indios y núnca se dieron cuenta de que antes que nada eran gente."
No. 132.
"-¿Está usted enojado conmigo don Juan? - le pregunté
(...) Pareció sorprenderse de mi pregunta.
¡No! ¡Nunca me enojo con nadie! Ningún ser humano puede hacer nada lo bastante importante para enojarme. Uno se enoja con la gente cuando siente que sus actos son importantes. Yo ya no siento eso."
No. 133.
"(...) Núnca en mi vida me atreví a hablar con franqueza. Ahora no temo a nadie. Digo lo que siento. Para conocerme debes ser fuerte."
No. 134.
- Estás metido en un pantano espantoso - dijo -. Es demasiado tarde para retirarte, pero demasiado pronto para actuar. Lo único que puedes hacer es atestiguar. Estás en la miserable posición de una criatura que no puede regresar al vientre de la madre pero tampoco puede corretear y actuar. Lo único que una criatura puede hacer es atestiguar, y escuchar los estupendos cuentos de acción que le cuentan. Tú estas ahora en ese punto preciso. No puedes regresar al vientre de tu viejo mundo, pero tampoco puedes actuar con poder. Para ti no hay más que atestiguar actos de poder y escuchar cuentos, cuentos de poder."
No. 135.
"No hay nada malo en sentirse indefenso (...) Todos nosotros nos sentimos así. Acuérdate que hemos pasado una eternidad como niños indefensos (...) Un niño quiere actuar y, como no puede, se queja. No hay nada malo en eso, pero darse por entero a lamentos y protestas es otro asunto."
No. 136.
"(...) Don Juan añadió que la manera mas segura de subyugar el egoísmo era por medio de las actividades cotidianas de nuestras vidas. Mantenía que yo era eficiente en todo lo que hacía porque no tenía nadie que me hiciera la vida imposible y que no era nada del otro mundo andar derecho, si uno anda solo (...)"
No. 137.
(...) Sabemos que nada puede templar tan bien el espíritu de un guerrero como el tratar con personas imposibles en posiciones de poder. Sólo bajo esas circunstancias pueden los guerreros adquirir la sobriedad y la serenidad necesarias para ponerse frente a frente a lo que no se puede conocer."
No. 138.
"(...) Don Juan (...) dijo que era mucho más fácil comportarse bien bajo condiciones de máxima tensión que ser impecable en circunstancias normales."
No. 139.
"Vieras lo bien que puede uno actuar cuando tiene la espalda contra el paredón (...)"
No. 140.
"-¿Cómo mide usted la derrota?
- Cualquiera que se une al pinche tirano queda derrotado. El enojarse y actuar sin control o disciplina, el no tener refrenamiento, es estar derrotado."
No. 141.
"(...) los pinches tiranos se toman mortalmente en serio, mientras que los guerreros no."
No. 142.
"- ¿Será peligroso? - pregunté, sólo por decir algo.
Todo es peligroso -respondió-."
No. 143.
"Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo de un guerrero (...) de nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está haciendo siempre algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero."
No. 144.
"(...) Un guerrero crea su propio ánimo (...)
- Es conveniente actuar siempre con ese ánimo - prosiguió -. Acaba con la idiotez y lo deja a uno purificado (...)
(...) yo insistí en que el ánimo de un guerrero no podía en modo alguno ayudarme a superar el sentimiento de ofensa, o el daño concreto, nacidos de las acciones de mis semejantes, como en el caso hipotético de ser vejado físicamente por una persona cruel y maliciosa colocada en una posición de autoridad.
Se carcajeó y admitió que el ejemplo venía al caso.
-Un guerrero podría sufrir daño, pero no ofensa - dijo -. Para un guerrero no hay nada ofensivo en los actos de sus semejantes mientras él mismo está actuando dentro del ánimo correcto.
"El ánimo de un guerrero no es tan descabellado para tu mundo ni para el de nadie. Lo necesitas para salirte de todas tus idioteces."
Expliqué mi forma de razonar (...) Lo que me ofendía de mis semejantes era que actuaban con malicia y a sabiendas.
- Ya se, ya se - dijo don Juan con paciencia -. Lograr el ánimo de un guerrero no es cosa sencilla. Es una revolución (...) se necesita poder para llevarlo a cabo. "
No. 145.
"(...) algo en nosotros tiende trampas para obligarnos a abandonar la empresa. El remedio es persistir a pesar de todas las barreras y desilusiones."
No. 146.
"Señalé que él siempre encontraba una falta en lo que yo hacía, sin importar como lo hiciera.
- ¡Eso no es verdad! - exclamó -. No hay falla en el camino del guerrero. Síguelo y nadie podrá criticar tus actos (...)"
No. 147.
"(...) Lo que un aprendiz necesita es la sobriedad y la fuerza. Por eso el maestro habla del camino del guerrero, o vivir como guererro. Esa es la goma que pega todas las partes en el mundo de un brujo (...) Sin la solidez y la serenidad del camino del guerrero, no hay posibilidad de resistir la senda del conocimiento."
No. 148.
"- Sólo un sentimiento de suprema sobriedad puede tender un puente entre las contradicciones -dijo. -¿Podría decirse, don Juan, que el arte es ese puente?
- Al puente entre las contradicciones lo puedes llamar como quieras, arte, sobriedad, amor, o incluso gentileza, gracia."
No. 149.
"Te voy a enseñar a hacerte guerrero del mismo modo que te he enseñado a cazar. Pero te hago la advertencia de que aprender a cazar no te ha hecho cazador, ni el aprender a ser guerrero te hará guerrero."
No. 150.-
"(...) Los guerreos impecables no pierden la razón. Permanecen intactos. Te he dicho muchas veces que los guerreros impecables puden ver mundoshorripilantes y sin embargo, en su trato cotidiano, nadie lo notaría. Hablan y ríen con sus amigos o con extraños como si nada hubiera ocurrido."

No. 151.
"(...) Debes entender que un guerrero no es ningún tonto. un guerrero es un cazador inmaculado que anda a la caza de poder; no está borracho ni loco, y no tiene tiempo ni humor para fanfarronear, ni para mentirse a sí mismo, ni para equivocarse en la jugada. La apuesta es demasiado alta. Lo que pone en la mesa es su vida dura y ordenada, que tanto tiempo le llevó perfeccionar. No va a desperdiciar todo eso por un estúpido error de cálculo, o por tomar una cosa por lo que no es."

domingo, 5 de agosto de 2007


RECOMPILACION DE NOTAS BRUJAS

CONTENIDO:

NOTAS BRUJAS 1
Informaciones de un lector sobre una conversación telefónica con Taisha y Florinda
Extracto de una charla que dio Taisha en el EW Bookstore en Menlo Park, Junio del 94
Frases sueltas de Taisha, de una charla en Bekeley, en el 93
Notas de una charla que dio Taisha en Pasadena, en Octubre del 92
Nuevas notas de dos lectores sobre la conferencia sobre el Ensueño que las tres brujas dieron en Arizona
Notas sobre una conferencia de Carlos Castaneda en Sunnyvale, CA, 3 de Diciembre de 1994
Notas de un lector reportando las 4 conferencias espontáneas que dio CC en una biblioteca de Los Ángeles, en el 93

NOTAS BRUJAS 2
Notas de un lector sobre un Seminario que dieron CC y sus brujas en Maui, Hawai, en Navidad del 94
Notas de otro lector sobre la misma charla de Taisha en el Menlo Park en el 94
Más notas sobre las conferencias de Carlos en Santa Mónica (Noviembre del 93)
Segundo lote de notas (de un lector finlandés) sobre la conferencia de Taisha en Berkeley, el 19 de Noviembre de 1993)
Impresiones y notas sueltas de otro lector que ha asistido a las diversas conferencias y charlas de los brujos consignadas anteriormente

NOTAS BRUJAS 3
Resumen del seminario para mujeres de Los Ángeles (1 al 3 de marzo de 1996)
Conferencia introductoria de Carlos Castaneda
1º conferencia de Taisha Abelar
1º Conferencia de Florinda Donner
Conferencia de Carlos Castaneda (Primera Parte)
Esta es la 2º Parte de la conferencia del nagual Carlos en el seminario de mujeres de 1996
Esta es la conferencia que la mujer nagual (Carol Tiggs) ofreció en el seminario de mujeres
2º Conferencia de Taisha Abelar
2º Conferencia de Florinda Donner
Resumen de la conferencia del Explorador Azul, y final de los reportes del seminario de mujeres de 1996

NOTAS BRUJAS 4
Entrevista a Carlos Castaneda (Agosto 97)

NOTAS BRUJAS 5
Taller intensivo de Tensegridad en Los Ángeles (Agosto 95)
Conferencia de Castaneda

NOTAS BRUJAS 6
Mexico 1996 - Conferencias de Carlos Castaneda

NOTAS BRUJAS 7
Los Nueve Caminos (Transcripto a partir del reporte de Rich Jennings)
1. Tensegridad - 2. Recapitulación - 3. No-Haceres - 4. Pinches Tiranos - 5. Técnicas de Observación (Gazing) - 6. Silencio Total (o interno) - 7. Disciplina y acciones impecables - 8. Ensueño - 9. Acecho

NOTAS BRUJAS 8
Curso de Tensegridad, Maui
Voladores
Taisha Abelar y la otra cara de la moneda

NOTAS BRUJAS 9
Seminario de Westwood (Agosto 96)
1º Conferencia de Carlos Castaneda
El conocimiento
Punto de encaje y cuerpo energético
Navegantes en el mar de lo desconocido
Lectores del infinito
La espiritualidad
Lo científico

NOTAS BRUJAS 10
Seminario de Westwood (Agosto 96)
Conferencia de Taisha Abelar


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